La forma en que producimos alimentos está cambiando. Y en ese cambio, la lechería también tiene un papel clave.
Cada vez más personas se preguntan cómo se producen los alimentos que consumen:
👉 ¿Qué procesos hay detrás?
👉 ¿Qué impacto tienen en el ambiente?
👉 ¿Cómo afectan a la salud y a las comunidades?
La respuesta a estas preguntas está dando lugar a un nuevo modelo: la producción láctea sustentable.
Un sistema que busca ir más allá de la eficiencia económica para incluir también el respeto por el ambiente, el bienestar de las personas y la calidad real del producto.
En pocas palabras, es una forma de producir leche y derivados que:
Este modelo contrasta con las lógicas industriales tradicionales, que suelen priorizar el volumen, la estandarización y la larga vida útil del producto, muchas veces a costa del medio ambiente, la salud o la calidad.
No siempre es fácil, pero hay algunas señales que pueden ayudarte a identificar un alimento realmente alineado con estos valores:
🟢 Pocos ingredientes, todos conocidos: si podés leer la etiqueta y entender todo, es buena señal.
🟢 Sin aditivos ni conservantes artificiales: los productos que no necesitan “corregirse” suelen ser más frescos y naturales.
🟢 Envases reutilizables o reciclables: un empaque pensado para durar más de un uso demuestra compromiso ambiental real.
🟢 Origen claro y trazable: saber de dónde viene lo que comemos también es parte de consumir con conciencia.
🟢 Colaboración con pequeños productores: muchas marcas trabajan con redes locales para impulsar economías más justas.
Cada compra que hacemos es una forma de apoyar un tipo de sistema productivo.
Elegir productos lácteos sustentables no es solo una decisión individual:
es una forma de cuidar el ambiente, proteger la salud y fortalecer a quienes producen con responsabilidad.
Además, suelen ser alimentos con mejor sabor, mayor transparencia y menor impacto ambiental.
En Silente creemos que otra industria es posible.
Desde hace más de 10 años trabajamos para demostrarlo.
Producimos yogur natural y dulce de leche con ingredientes simples y sin aditivos. Nuestra leche es pasteurizada del día. No usamos conservantes, ni espesantes, ni fórmulas escondidas. Además, utilizamos frascos retornables y evitamos el uso de plásticos de un solo uso. Solo en el último año, evitamos más de una tonelada de residuos plásticos.
Trabajamos en red con pequeños y medianos productores, y diseñamos cada paso de nuestra cadena para que sea más justo, más limpio y más humano. Porque para nosotros, hacer alimentos también es una forma de hacer comunidad.